No somos responsables, tan sólo somos humanos

Desde la concepción misma, estamos expuestos a situaciones negativas que, muchas veces se escapan de nuestro alcance, sin embargo nos afectan de manera muy notable, dejando secuelas en nuestro ser. Enojarnos, llenarnos de odio, amargura o sentirnos culpables sólo empeora la situación, nos hace más vulnerables, cegando nuestros pensamientos y llevándonos a tomar decisiones erróneas.

Como seres humanos, debemos entender que no somos culpables por estas circunstancias que la vida nos presenta, sino que, por el simple hecho de estar en el mundo nos toca vivir estos eventos difíciles, los cuales, a pesar de afectarnos, también nos ayudan a crecer como seres humanos, nos hacen mejores personas y nos convierten en seres más fuertes.

Es importante ver el lado positivo de las cosas, aprovecharlos y ser justos con nosotros mismos. Tomemos consciencia, no nos juzguemos, tampoco culpabilicemos a los demás, la naturaleza no puede ser controlada por el hombre y si Dios ha permitido que atravesemos un momento difícil o lleno de dolor, el nos dará la fuerza y la voluntad para salir de ese fango.

¿Cómo mides el éxito?

Paradójicamente, en nuestra sociedad el éxito es medido de acuerdo al nivel económico que una persona posee pero ¿es este hecho objetivo y concreto?

Pasamos toda una vida tratando de superarnos, estudiando, desarrollando habilidades y destrezas, cosechando conocimientos con el fin de algún día poseer mucho dinero y ser exitosos, sin embargo el fracaso viene tras nosotros, se aferra de forma tal que no nos deja triunfar. Culpamos a la sociedad de nuestra mala racha, nuestra responsabilidad de fracasados es más fácil designarla a alguien que aceptar que no hemos sido capaces de enfrentar los percances que se atraviesan para llegar al final y ser victoriosos.

Ciertamente, no hay culpables, nadie es responsable de que hayamos elegido de manera consciente o inconsciente rezagarnos, dejarnos amedrentar por las circunstancias y perder el foco de lo que verdaderamente nos interesa.

El éxito no es tener dinero, fama, belleza o propiedades, sino es llegar al final del camino, alcanzar  las metas que nos hemos trazado y solo cuando reconocemos que debemos delimitar tiempo y espacio combinado con esfuerzo y entrega es cuando verdaderamente somos exitosos.

Usemos el poder de nuestra mente para canalizar lo que queremos, tracemos líneas de acción y manos a la obra, sin importar lo que piensen o digan los demás, sigamos firmes el camino que nos lleva al éxito y disfrutemos lo que este trae consigo.

Basilis Corcino

¡Levántate!

No importa cuántas veces caigas, cuantas tropieces, cuantas te equivoques, lo importante es la actitud que muestras o tomas frente  a los percances y/o circunstancias que la vida te presenta.

Ciertamente, siempre habrá personas envidiosas esperando a que te caigas, que fracases una y otra vez, que te desanimes y tires la toalla; pero  también, siempre habrá personas que querrán que tu luches y alcances la victoria siempre que te lo propongas en todos los aspectos de tu vida.

Olvídate de las malas circunstancias, de las personas perversas, de los problemas que te aquejan y céntrate en lo que quieres lograr, demuéstrale al mundo lo fuerte que eres, lucha por alcanzar tus metas y tus propósitos, siempre que caigas levántate, nunca te rindas, la vida es maravillosa pero nosotros dependerá que tan hermosa será la nuestra.

Aprende de tus errores y conviértelos en potenciales oportunidades para alcanzar el éxito en lo que te hayas propuesto a corto, mediano y/o largo plazo.

¡Somos responsables del camino que elegimos emprender en la vida!

Basilis Corcino

¡Enfócate en tu área de fortaleza!

Pasamos toda una vida aprendiendo e indagando en diversas áreas en vez de enfocarnos en fortalecer las habilidades y destrezas que Dios nos ha cedido y convertirnos en expertos de lo cual podremos sacar provecho sin dificultad. 

Tener conocimientos generales es bueno pero estar preparados en un área específica es una opción inteligente, nos proporciona control y cierto grado de poder. Podemos agregar valor a nuestra área de fortaleza indagando en otras ramas relacionadas directamente a nuestro campo de interés.

Centra todas tus fuerzas y energías en desarrollar tu talento, tus habilidades y tus destrezas. Conviértete en un profesional estudiando, investigando, practicando e indagando. Descubre tus talentos y combínalos con tus habilidades, los resultados serán extraordinarios, se un potencial maestro y saca provecho de tus esfuerzos y sacrificios.

¡Descúbrete, enfócate, especialízate, se un versado y saca partido a tus conocimientos!

Basilis Corcino